viernes, 2 de mayo de 2014

Discípulos de Emaús


Nos restregamos los ojos. O sea, salimos de la inconsciencia, 
de la desazón, de la desilusión y de ese andar cabizbajos y erráticos.
Vemos qué es lo que nos ciega e impide ver, 
qué es lo que nos cansa y quita la alegría.
Y a medida que el caminante nos envuelve con sus palabras,
nos vamos desprendiendo de todo eso,
para seguir sus pasos, para no perder su ritmo.
Florentino Ulibarri

Lecturas del Domingo 3º de Pascua Ciclo A:

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